La entrada de hoy, ante todo, tiene un mensaje reivindicativo claro: ¿Dónde están las folclóricas de España? Algo ocurre. Las grandes mujeres de este país que ora te bailaban una sevillana, ora te cantaban una copla asaetada han desaparecido. Algunas, desafortunadamente yacen junto al Señor aún dando coces para levantar la bata de cola, otras invierten las riquezas de su etapa dorada en mansiones y las comparten con señores sospechosamente mucho más jóvenes que ellas. Ya no quedan de esas: folclóricas dignas, las que eran folclóricas como estilo de vida. Es por ello por lo que he escogido el máximo exponente cuanto a canción y artista: Como una ola de Rocío Jurado, autoproclamada "La más grande" o "la Chipionera". (Esta es otra de las características de una verdadera folclórica: la autoasignación de títulos patrióticos, véase también "la Carmen de España"). En memoria de ella:
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| Rocío con actitud muy folclórica |
Grabé tu nombre en mi barca, me hice por ti marinero
Para cruzar los mares surcando los deseos
Fui tan feliz en tus brazos, fui tan feliz en tu puerto
Que el corazón quedó preso de tu cuerpo y de tu piel
Como una ola tu amor llegó a mi vida
Como una ola de fuego y de caricias
De espuma blanca y rumor de caracolas
Como una ola
Y yo quedé prendida a tu tormenta
Perdí el timón sin darme apenas cuenta
Como una ola tu amor creció
Como una ola
Bajé del cielo una estrella en el hueco de mis manos
Y la prendí a tu cuello cuando te dije "te amo"
Pero al mirarte a los ojos vi una luz de desencanto
Me avergoncé de mi estrella y llorando me dormí
Como una ola tu amor llegó a mi vida
Como una ola de fuerza desmedida
Sentí en mis labios tus labios de amapola
Como una ola
Y me escapé contigo mar adentro
Sin escuchar las voces en el viento
Como una ola se fue tu amor
Como una ola
Y me escapé contigo mar adentro
Sin escuchar las voces en el viento
Como una ola se fue tu amor
Como una ola
Tacharía de insensible a todo aquel que, después de escuchar este tema, no sienta el corazón en un puño. Basta con imaginar los ojos húmedos de la cantante entonando el "Como una oolaaaa" que concluye la pieza para llorar también a mares. Nos habla del amor y el desamor. Mediante reiteraciones de una misma comparación (Como una ola) describe la fuerza y pasión del amor que siente. Desafortunadamente, con esa misma fuerza, el amor desaparece. Remitiéndonos con frecuencia a elementos naturales consigue construir la canción como un todo orgánico, que fluye, como el agua.
Sin duda, el fragmento más sobrecogedor es "Bajé del cielo una estrella en el hueco de mis manos // Pero al mirarte a los ojos vi una luz de desencanto". Definitivamente, un verdadero drama. Es el punto de inflexión. Hasta entonces el amor que sentía era tan cegador que no era capaz de percibir la no correspondencia. Una vez recibida la oleada de agua helada, es capaz de asimilar cómo se marcha el amor, poco a poco, con el vaivén propio del mar, es decir, yendo y volviendo a su memoria.
Estamos, pues, ante una canción que hasta el fin de nuestros tiempos se irá y algún día volverá del mismo modo que Rocío se nos fue, como una ola.
Por Eduard Mairal
