martes, 29 de mayo de 2012

¡Larga vida al analógico!

Konica fue la empresa -actualmente convertida en multinacional- pionera en la fabricación de productos fotográficos en Japón. Efectivamente, prueba de ello son las reminiscencias de este legado nipón que aún se amontonan alrededor de la Sagrada Familia. La revolución estalló en Europa con la llegada de sus cámaras cuyos nombres con prefijos ochenteros las hacían irresistibles: Autoreflex, Hyperlens, Supershoot, Autofocus...

Esta propuesta gráfica pretende lograr la difícil hazaña de vender una cámara analógica en plena era digital. ¿Y cómo? La estrategia se basa en la actualización de la marca a través de una potente tendencia contemporánea: el vintage. Sí, esa moda, para los más humildes, de revolver el baúl de la abuela en busca de algo guay o, para los más pudorosos, de comprar prendas usadas en tiendas especializadas de precio desorbitado. Vestir retro o tener gadgets de época está de moda, aunque ello implique comenzar una muy variada colección de ácaros; pero está de moda. Los adeptos a este estilo entregan su reino por recuperar los colores y texturas que inundan el álbum de las vacaciones en Torrevieja, en el verano del 85. El concepto que nutre la campaña es, pues, el control del tiempo, el tiempo está en manos del usuario. Es decir, con esta cámara el usuario es capaz de inmortalizar momentos del pasado. El usuario decide regresar a los años 80, en un sólo click. Y este es, además, un concepto 'campañable'.

Soporte: Valla tamaño 8x3m

A nivel gráfico y compositivo, el modelo aparece de medio cuerpo, muy cercano a un plano americano. Viste una camisa verde a cuadros minúsculos: una prenda muy actual aunque inspirada en la moda inglesa de finales de los setenta. 
La fuerza, sin duda, recae en el gesto que muestra con sus manos. Forma un marco con sus dedos, un guiño que remite a aquellos fotógrafos y cineastas quienes utilizaban este peculiar gesto para imaginar el encuadre que iban a llevar a cabo. Dentro del marco los colores aparecen desaturados y con textura granulada. Evidentemente, el concepto clave es el bigote, con aires dalinianos, que apela al arcaico prototipo de gentleman. De esta forma, se utiliza el recurso de la exageración o hipérbole para potenciar el impacto creativo. Sin duda, el papel de pared que ocupa el fondo luce un estampado muy representativo que ancla el significado del resto de la imagen en una época concreta. En definitiva, todo aquello que se observa a través de ese característico encuadre manual, ha viajado en el tiempo, de la misma forma que nos lo permite el producto anunciado.


El eslogan:
El tiempo, ahora entre tus manos.
Jugamos con el doble sentido. Recurrimos a la archiconocida expresión "... está en tus manos" para establecer una analogía entre el propio gesto y la función de la cámara. La imagen muestra una porción de tiempo remoto entre los dedos del modelo. A su vez, el usuario que maneja la cámara con sus dedos, también tiene el control sobre el tiempo, decide cuándo y cómo inmortalizar sus momentos con un estilo retro. A nivel formal, el uso de caja alta permite agudizar el nivel de legibilidad teniendo en cuenta el tipo de soporte.

En definitiva, una campaña notoria, fresca, actualizada y que apunta a su target con un tono simpático y acertado.

Por Eduard Mairal.

domingo, 27 de mayo de 2012

The rocky horror picture show o cómo el travestismo apareció a nuestras pantallas

Si no eres un cinéfilo por naturaleza, no tendrás ni la menor idea de lo que te voy a a hablar. Así que pongámonos en situación para que no tengas que tirar de Wikipedia y así te lo doy todo bien masticado.


The rocky horror picture show es una película de culto dirigida por Jim Sharman basada en el musical "The Rocky Horror Show" de Richard O'Brien.

¿De qué trata esta película con semejantes vocablos? (Preguntaría mi madre, muy de pueblo ella).
Pues bien, sujétate las enaguas que la trama no tiene desperdicio alguno.



La película cuenta la historia de una pareja que, tras una avería en su coche, se ven obligados a pasar la noche en la mansión del Doctor Frank-N-Furter que celebra la convención de transilvanos con motivo de la creación de su criatura, Rocky Horror, un hombre perfecto cuyo "medio" cerebro pertenece a un delincuente juvenil.

¡Bueno! Algo bizarra, y extraña, si. ¿Y qué? ¿Acaso no hemos tenido que soportar ver una docena de películas navideñas en la 3 los domingos con Tim Allen? Pues no, la historia no acaba aquí.

Lo interesante de esta película de culto es que fue estrenada nada más y nada menos en 1975. Una época marcada por la banda de los "Sex Pistols", la patente del cubo de Rubik y el nacimiento de Kate Winslet que tantas lágrimas nos haría soltar con su "Jack, es un bote Jack". 



Pero volvamos a lo que nos interesa. Hasta aquí nada despierta realmente la atención. Pero, ¿y si te digo que el Doctor Frank-N-Furter era un hombre travestido?. Pero no cualquier hombre travesti, el Doctor era toda una eminencia en el mundo de las actuaciones y los bailes. Vamos, que si fuera a la Gala Drag Queen del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, ganaría de calle.

Y la historia es que, en medio de una sociedad de moral conservadora durante la presidencia de Gerald Ford, The Rocky Horror Picture Show se asentaba como una ofensa, un despropósito en contra de todos los valores morales y cristianos de la sociedad estadounidense. Toda esta desfachatez, encarnada en un único personaje, el Doctor Frank-N-Furter (caracterizado por Tim Curry).

Y no es para menos. Si no me crees, mira la entrada a lo lluvia de estrellas que hace en la película mientras a Janet Weiss (Susan Sarandom) le da un patatús.


La historia continúa en tanto a que la pareja protagonista, tienen que pasar la noche en la mansión hasta el día siguiente. Y claro, un hombre tan excéntrico como el Doctor, no puede dejar pasar una oportunidad tan "deliciosa" para hacer de las suyas. Tanto es así, que decide hacer incursiones en la cama de cada uno (separadas, claro está). En efecto, amigo ingenuo, podemos ver cómo Doctor y protagonista, comparten cama y... lo que no es una cama. Todo un bofetón para el cristianismo americano de la época.

Fuerte, ¿verdad?. La historia no acaba así. Te había hablado del motivo de la fiesta, una criatura que el Doctor había creado. Pero no se trata de un monstruo "porque sí", como lo era Frankenstein. Esta criatura, fue creada para poder satisfacer sus deseos sexuales. El resultado: Un apuesto chico rubio medio aturdido y musculado dispuesto a entregarse en todos los sentidos en los que una persona puede entregarse a otra.

Por otra parte podemos ver el cambio sustancial de Janet a lo largo de la película. Quien aparece desmayándose unas 5 veces a lo largo de la película, y terminando por suplicarle al monstruo que la haga suya y la toque y la retoque por cada uno de los rincones de su cuerpo virgen.

La película acaba muy tristemente, y sin posibilidad de una segunda parte (ni falta que hace), el 80% de los personajes convertidos en estatuas mientras que el resto de freaks regresan al planeta Transexual en la galaxia Transilvania. Si, al final resulta que este bizarrismo era de otro mundo.

La película ha sido sometida a miles de debates sobre su ética y moral, su mensaje "no tan oculto" y sobre todo su desfachatez. En España, la película no fue estrenada sino hasta 1999 y solo durante los Jueves. Imagínate.

Actualmente la película es un referente en el mundo del cine. Se podría decir que la frase "de lo mala que es, es buena" se ciñe perfectamente a la situación.
Hace casi un año, la serie de televisión "Glee", que también ha sido criticada duramente por eminencias norteamericanas en el mundo de la televisión por su gran soporte a la comunidad gay, dedicó un capítulo íntegro a este mito cinematográfico. En el, el director del club de canto pretendía representar todo el musical a pesar de las mil y una voces en contra del mismo. Finalmente, deciden hacer una versión más ligera y con más ropa. Eso si, en este caso el Doctor es una chica negra. 

Hoy en día la película se sigue representando en cines al menos una vez al año, donde la participación de la audiencia es vital para con la filosofía de la película. Los espectadores han de actuar durante la misma, siguiendo unas instrucciones que se les dan antes de entrar a ver la película. 


A saber:

  • Globo: Revienta un globo cuando los labios digan: "But when worlds collide".
  • Arroz: Tira arroz cuando, en la boda de Ralph Hapschatt y Betty Munroe, salgan los novios de la iglesia.
  • Periódico: Cuando Brad y Janet salgan del coche averiado en busca de un teléfono, cúbrete la cabeza con el periódico.
  • Pistolas de agua: Simula la tormenta cuando Brad y Janet salgan del coche.
  • Linterna: Enciéndela cuando Brad y Janet canten There's a light.
  • Carracas y matasuegras: Ensordece a la audiencia tal y como lo hacen los transilvanos cuando Frank les explica su descubrimiento.
  • Guantes de goma: Mientras Frank presenta a su criatura chasquea tres veces los guantes, al mismo tiempo que lo hace él.
  • Confeti: Utilízalo junto a los transilvanos cuando Rocky y Frank se dirigen a su "suite nupcial".
  • Papel higiénico: Tíralo por los aires cuando Brad exclame "Great Scott!" una vez que el profesor Scott ha atravesado la pared.
  • Gorrito de fiesta: Póntelo cuando Frank le cante "Cumpleaños feliz" a Rocky.
  • Campanilla: Hazla sonar cuando Frank diga "Did you hear a bell ring?" durante la canción Planet Schmannet.
  • Cartas: Durante la canción I'm going home, tira las cartas cuando Frank diga: "Cards for sorrow, cards for pain".
    Vamos, que sales del cine como si te hubiera pasado por encima toda la cabalgata de los Reyes Magos. Pero todos coinciden año tras año en que merece la pena.


    Te dejo con la que es para mí, la mejor canción de todo el musical, donde aparecen todos bailando a golpe de pelvis:
    *Todo parecido con una fiesta de modernos es pura coincidencia

    Así que como dijo Tim Curry: "Dont judge a book by its cover", y atrévete a meter la cabeza y perderla dentro de la mansión.


    Eduardo Almeida